Cada paciente debe ser examinado y tratado de forma individual. Es necesaria una relación de paciente / médico basada
en la confianza que es fundamental para el éxito del tratamiento. Una atención continuada del paciente durante el tratamiento, posibles ajustes después del primer tratamiento y un informe completo de
los resultados forman parte del proceso. Por otro lado, se ofrece al paciente información detallada y se aclaran
sus dudas antes de la intervención y éste firma un documento de conformidad.
Sólo tras el estudio individualizado de cada caso se puede saber cuántos microimplantes son necesarios y su ubicación. Su colocación no es siempre simétrica, por lo que el número de implantaciones puede variar entre la oreja derecha y la izquierda.
La localización exacta de los puntos a estimular es muy importante para que el tratamiento sea eficaz. A pesar de la existencia de mapas reflejos, no existen puntos universales, en cada oreja deben ser localizados de forma individual.
Después del diagnóstico se desinfectan ambas orejas. Los microimplantes están esterilizados y suficientemente protegidos por un embalaje doble. Todo está tratado asépticamente, por lo que el médico puede comenzar con la implantación.
Con el fin de disminuir la sensibilidad de las orejas, se aplicará una anestesia tópica local que facilitará el procedimiento.
Después de desinfectar las orejas, se procede a la implantación de los puntos correspondientes. La aplicación de los micro implantes se realiza mediante un sistema de presión adaptado a cada uno de ellos. El número de los micro implantes necesario dependerá de los siguientes factores: estado, síntomas y gravedad de la enfermedad, medicación ingerida, entorno social y familiar, estado de ánimo del paciente, etc.
Tras el tratamiento se enviarán seguimientos para valorar el estado del paciente y realizar las recomendaciones. Los seguimientos se envían por corrreo electrónico y se aportan gráficos de la evolución del paciente.